El queso es uno de los alimentos que más gusta a foodies y aficionados de los productos gourmet. Desde los distinguidos D.O del norte hasta los quesos más típicos de las gastronomía francesa se consideran un artículo culinario de gran calidad. Para disfrutar de todo su sabor no basta con conocer unas pautas básicas de maridaje sino que además, debemos saber cuál es la forma más adecuada para su conservación. Por ello os dejamos con unos consejos muy útiles que podéis poner en práctica en vuestra propia casa.
- Lo primero que tenemos que tener en cuenta es la temperatura a la que el queso estará expuesto. Lo ideal sería poder conservarlo entre los 10 y 15 grados, a temperatura ambiente y en un lugar fresco, como por ejemplo una bodega. Como la mayoría no disponemos de este privilegio lo mejor será optar por meterlo en la nevera, siempre tapado con un paño húmedo y si puede ser guardado en el cajón de las verduras.
- Un truco que muchos desconocen es el de mojar el paño de tela con un poco de cerveza, envolver el queso con él y guardarlo en un recipiente al vacío.
- Los envases como tuppers o bolsas herméticas pueden configurarse como una gran solución para mantener perfectas las características de este lácteo durante un par de días. También se pueden utilizar las denominadas queseras, unos recipientes que generalmente son de cristal y que cuentan con una tapa abombada para proteger el producto de los factores medioambientales que puedan dañarlo.
- Para evitar que nuestro queso se agriete o se raje es recomendable envolverlo en papel de film, de parafina o papel de aluminio y cambiar éste, cada vez que vayamos a degustar la pieza. Debemos tener cuidado y no apretar demasiado el papel ya que el queso se podría recalentar.
- Siempre que vayamos a cortar el queso lo ideal será emplear un cuchillo limpio. Con ello evitaremos que se forme moho.
- El aceite de oliva puede ser otro gran aliado para el mantenimiento de los quesos durante un largo período de tiempo. Podemos introducirlo en un recipiente de arcilla o barro con un poco de este líquido, aderezado con algunas especias a nuestro gusto para potenciar su sabor.
-Salvo los frescos, los quesos también pueden congelarse, lo que hará que estos duren una larga temporada. Eso sí, una vez fuera del congelador, al igual que otro alimentos, no debemos volver a meterlo en la parte alta del frigorífico.
REDACCIÓN Gastronomia.com