«Alucino con un bocata de calamares hecho con nitrógeno. No me convence». La sentencia de Sergi Arola fue premonitoria. El chef del restaurante Gastro fue el invitado anoche en la prueba de la última oportunidad, que decidía quién se quedaba fuera de la semifinal de Top Chef. Se trataba de hacer de un clásico de la cocina española de toda la vida, un plato de alta cocina.
El jurado decidió que tendría que ser el chef madrileño quien recogiese sus cuchillos. «Te soltamos en la Plaza Mayor con esto y no duras ni cinco minutos» reprochó Chicote, decepcionado con su plato y con el de Miguel Cobo.
La noche fue de Jesús Almagro, que llegó a Top Chef tras la repesca con las fuerzas renovadas. Fue el mejor fusionando el sushi con la cocina española y eso le valió una serie de privilegios a lo largo del día. Se decantó por la cocina noruega para convencer a los turistas del mercado de San Miguel y ellos le escogieron como primer semifinalista del programa.
«Que le quede bien clarito que está aquí por nosotros» reprochó Arrabal, frustrado ante la superioridad que demostró Almagro. Jesús reconoció que volvió «con las pilas cargadas» y con ganas de ganar el concurso. Aún así tuvo con Miguel Cobo gestos de compañerismo como pocos se ven en este reality. El cántabro estuvo a punto de ser expulsado porque tampoco supo adaptar como el jurado esperaba un pulpo a la gallega como alta cocina.
En el próximo programa de Top Chef Begoña, Antonio, Miguel y Jesús se verán las caras en la semifinal.
REDACCIÓN gastronomia.com
