Utilizar los cubiertos de una forma adecuada es todo un arte perfeccionado por gastrónomos y especialistas en protocolo. En una comida o cena formal el uso y la colocación de cuchillo, cuchara y tenedor es una cuestión de gran importancia, por eso debemos saber cuál utilizar en cada ocasión y cómo hacerlo.
La primera norma que se enseña a la hora de sentarse a la mesa es que los cubiertos se encuentran dispuestos de forma que los más alejados al plato son los primeros en ser utilizados. Éstos son utensilios que nos ayudan a llevar la comida a la boca, por lo que con delicadeza, se usará una mano para acercar el alimento, sin agachar la cabeza. Nunca se puede coger un cubierto antes de que la comida haya empezado y si por alguna casualidad alguno de ellos se cae al suelo, no se debe limpiar con la servilleta como si nada hubiera pasado, hay que cambiarlo por otro. Tampoco podemos utilizar nuestros propios cubiertos para servirnos o servir a los demás, habrá otros colocados junto a las fuente para ello.
El cuchillo se utiliza sólo para cortar alimento y no se debe llevar a la boca bajo ninguna circunstancia. Ha de usarse siempre con la mano derecha, sujeto por los dedos índice y pulgar. El tenedor puede utilizarse con ambas manos, según la función que éste vaya a desempeñar; si queremos comer debe sujetarse con la mano derecha, si por el contrario lo que se quiere es que el tenedor actúe como soporte mientras se corta algún alimento, la mano izquierda será la encargada de sostenerlo. Por su parte, el uso de la cuchara está destinado solamente a alimentos líquidos como sopas, cremas y purés y siempre ha de hacerse con la mano derecha.
Cabe la posibilidad de que en la misma comida se vayan a degustar platos de carne, marisco y pescado por lo que es necesario tener en cuenta cuál es el cubierto oportuno para cada uno. El tenedor de carne es siempre el más grande, con cuatro púas, mientras que el de pescado es de menor tamaño y tiene tres. Por su parte el cuchillo de carne será siempre más grande y afilado que el de pescado, que mantiene una forma parecida a la de una espátula.
Cuando en la comida se lleva a cabo una pausa los cubiertos se colocan sobre el plato y cada uno en su lado correspondiente, para indicar que todavía no se ha terminado. Sin embargo si el evento ha llegado a su fin y ya es la hora del postre, se deben dejar los cubiertos juntos y en paralelo, en una posición que recuerde a las 4 y 20 que marcaría un reloj, con el tenedor a la izquierda del cuchillo con las puntas hacia arriba y el cuchillo con el filo hacia dentro, mirando al tenedor.
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REDACCIÓN Gastronomia.com