Felipe Andrés es uno de esos actores que no sabe estarse quieto: series de televisión, teatro e incluso alguna incursión en el cine. Le pondrán cara porque ha participado en series tan queridas por todos como La que se avecina, Aída, Hospital Central o Amar en tiempos revueltos. Ahora está metido de lleno en una obra de teatro, Cuando Fuimos Dos de la compañía Criacuervos, una comedia que se cuestionan muchos tópicos relativos a la pareja y que se puede disfrutar hasta el 13 de diciembre en el teatro Infanta Isabel de Madrid. Aprovechamos para someterle a nuestro Barómetro Foodie.
¿Qué tal se te da a ti el mundo de la gastronomía?
No se me da mal, estoy acostumbrado a cocinar desde pequeñito porque mis padres trabajaban y yo me encargaba de hacer la comida para mí y para mi hermano. Ahora que ya vivo solo me defiendo, no es que haga demasiadas cosas especiales, pero me defiendo bastante bien.
¿Eres más de comer o de cocinar?
Me encanta comer y también me gusta cocinar cuando tengo invitados en casa. Me gusta preparar cosas especiales e incluso consultar recetas.
Cuál es tu mejor receta?
El pollo al curry, sin ninguna duda. De primero me gusta preparar un plato que vi en un restaurante una vez que es salmorejo con plátano maduro. Vuelta y vuelta a la plancha el plátano con salmorejo por encima, es maravilloso. La combinación de caliente frío y de dulce salado es maravillosa. De postre puedo hacerte un arroz con leche con turrón.
¿Conquistas mejor actuando o preparando una buena cena?
Primero que vengan a verme al teatro. Eso es muy fascinante. Verte desde el patio de butacas es algo mágico. Y otro día tranquilamente preparo una cena, con velitas, buen vino y las cosas que se sean necesarias.
¿A qué restaurante invitarías a alguien si quisieras retomar una relación romántica?
Iría a un restaurante que me encanta y al que sólo he ido un par de veces. El Nikkei 225, que fusiona la cocina japonesa con la peruana. Es un sitio muy especial con una atmósfera muy mágica.
¿Tienes algún capricho culinario en el camerino?
Nosotros en el camerino tenemos siempre golosinas, dulce, fruta, yo suelo tener manzanas y como actuamos muy tarde -23.00- tenemos Red Bull. Imagínate tener que representar una función como Cuando Fuimos Dos, que tiene tantas implicaciones emocionales y energéticas. Es como una montaña rusa y a veces a esa hora llegamos un poco desfondados. El azúcar sienta fenomenal.
¿Cuál es el peor momento que has vivido en una mesa?
En una comida en casa de una tía mía se le ocurrió poner altramuces y uno de mis primos era alérgico y no lo sabíamos. Empezó a hinchársele la cabeza, sólo la cabeza. Empezó por el labio de arriba y se le puso como un pato. Acabamos en el hospital.
¿Y qué es lo más exótico que has probado nunca?
Una vez que estuve en Alemania nos pusieron algo que por lo visto es muy típico de allí, pero que a mí me pareció muy exótico. Era una especie de asado, de carne muy grande. Yo me imaginé que era una especie de redondo de ternera o algo así y cuando lo partieron en lonchas era carne de salchicha.
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REDACCIÓN Marta de Dios
