El aceite de oliva es uno de los productos más característicos de la gastronomía española. Puro oro líquido, ganador de innumerables premios y reconocido a nivel internacional por expertos y críticos del mundo culinario. Al provenir del zumo del fruto del olivo, conserva todos los nutrientes del mismo, por lo que se configura como uno de los ingredientes de la dieta mediterránea que mayores beneficios presentan para nuestra salud.
Está demostrado que consumir aceite de oliva ayuda a nivelar el colesterol, a disminuir el azúcar en sangre y a reducir la hipertensión, gracias a los ácidos grasos monoinsaturados, al ácido oleico y a las altas cantidades de polifenoles. Un alimento rico en vitamina E, con grandes propiedades antioxidantes y especialmente recomendado en la infancia y durante la tercera edad.
Se dice que una cucharadita de este líquido en ayunas puede ser muy positivo para aquellas personas que sufren diabetes, ya que ayuda a mantener saludables los niveles de triglicéridos y a rebajar los de glucemia. La osteoporosis es otra de las enfermedades en la que se recomienda la ingesta de este preciado producto, puesto que un consumo habitual de éste contribuye a evitar que la masa ósea se vuelva frágil y a fortalecer los huesos.
Una dieta equilibrada y baja en grasas en la que se incluya el aceite de oliva puede ayudar a combatir la depresión e incluso prevenir algunos tipos de cáncer de piel. Por último y como remedio casero, para aquellas personas que roncan se recomienda tomar un sorbo de aceite de oliva antes de irse a dormir para lubricar y relajar los músculos de la garganta.
REDACCIÓN Gastronomia.com
