Es difícil concretar un momento exacto de su nacimiento, ya que se remonta a miles de años. Sin embargo, existen algunas referencias concretas de su elaboración en diferentes períodos y lugares del mundo.
La ganadería fue una actividad que precedió a la plantación de cultivos y se sabe que sobre el año 9000 a.C. ya se comenzaron a domesticar algunos animales como la oveja, en la parte norte de lo que hoy es Irak. Y es en ese momento, con dicha domesticación, cuando el hombre comienza a consumir leche de una forma cotidiana.
Estos ganaderos, de forma accidental, pudieron convertir en algún momento la leche en cuajada; y con el tiempo, se comenzó a atender a factores como la disociación del suero o la temperatura para ello.
La siguiente referencia a la aparición del queso es el Friso de la Lechería del Museo Nacional de Irak, ubicado en el tercer milenio antes de nuestra Era. Este reproduce escenas de ordeño de vacas y el proceso de preparación de la cuajada en la antigua Mesopotamia.
Fueron los romanos los que comenzaron a practicar su ahumado y prensado, y lo introdujeron como un ingrediente de calidad en sus recetas de cocina, junto con frutos secos. Los pueblos bárbaros que se hicieron con el territorio romano también lo incluyeron en su alimentación.
Durante la Edad Media, también los empleaban los monjes benedictinos y cistercienses. Eso sí, en Europa era un producto más común entre las clases bajas y no fue hasta el siglo XIX cuando comenzó a tener una mayor aceptación en la alta sociedad.
REDACCIÓN Gastronomia.com