Una de las características principales que definen a México es que es un país de contrastes, en el que social, cultural y espiritualmente se puede ir de una punta a otra en un abrir y cerrar de ojos con poco esfuerzo. Lo mismo pasa si se ve la gastronomía como un ocio, en la que se pueden encontrar las opciones más dispares a la vuelta de la esquina.
A unos 40 minutos del centro de la ciudad de México y ya en el estado de México, es posible escapar del tránsito, del ruido y de la gran urbe para vivir una experiencia gastronómica ancestral, única y divertida gracias a los restaurantes Pica. Se encuentran en Purificación, cerca de Texcoco, y en ellos se puede comer la famosa barbacoa mexicana. Consisten en una especie de mercado-restaurante en plena naturaleza donde los visitantes compran su menú en los comercios y lo complementan con lo que lleven de casa.
El producto estrella es la barbacoa, que nada tiene que ver con la versión a la plancha de España o la de los BBQ de Estados Unidos. El método de cocción de la mexicana es de origen prehispánico, en el que se cocina el borrego cubierto de hojas de maguey bajo tierra a lo largo de todo un día, antes de servirse. En un mismo «horno subterráneo» se pueden estar cocinando hasta cinco borregos a la vez.
El resultado es muy parecido al famoso asado de horno de leña castellano pero con otros matices aromáticos. Además también se puede aprovechar después de la cocción un consomé al que se le añaden garbancos. El aderezo perfecto de la carne puede ser una salsa borracha a base de pulque.
En el establecimiento existen otros muchos más productos que complementan perfectamente al borrego, como los tlacoyos, quesadillas, panes artesanales, curados, tortillerías, jugos o arroces. Si le sumamos música de Mariachis, grupos Norteños y tríos tenemos la fórmula perfecta para pasar un día ideal en el campo.
REDACCIÓN Tessy Carrada
