Más de tres millones de espectadores, o lo que es lo mismo, un 17,7 por ciento de cuota de pantalla, siguieron en la noche de ayer el arranque de Top Chefen Antena3. Además, el programa se hizo con el «minuto de oro» de la jornada con casi el 22 por ciento de share.
Además, el nuevo programa de Alberto Chicote, Ángel León y Susi Díaz lideró su franja de emisión y, según la web oficial, fue la oferta elegida por los espectadores de 4 a 54 años. Y todo para seguir las peripecias gastronómicas de los que eran 15 aspirantes a convertirse en Top Chef. Sólo quedaron 11.
Eduardo, Enrike, Erika y Vicente fueron los cuatro cocineros que se quedaron sin la manta de cuchillos que simbolizaba el acceso al programa. A partir de ahora, según refleja la web oficial, cada semana uno a uno irán siendo eliminados. Los que se quedan deberán enfrentarse en cada programa a una prueba de fuego, es decir, una prueba rápida donde han de demostrar sus habilidades contra reloj; una prueba en grupo, donde tendrán que trabajar en equipo y que se perfila como un juego de supervivencia; y la última oportunidad, un último plato donde el perdedor se va a casa.
El programa de anoche comenzó con la distribución aleatoria de los concursantes en tres equipos, uno por cada miembro del jurado. Además, hubo tres protagonistas: el arroz, la caballa y la pintada. En su primer programa Susi Díaz no eliminó directamente a ninguno de los miembros de su equipo en la prueba en la que debían de cocinar un plato de arroz. Sí lo hizo Ángel León, que dejó sin opciones de seguir a Vicente Cubertorer, que trabaja como gerente de cocina de Moto GP y fue cuarto en el campeonato de España de cocina Spain Skills. A pesar de que la suya es una historia de superación en este caso no pudo ser y la caballa propuesta por el Chef del Mar le ganó la partida.
Por su parte, fue Chicote el que menos opciones dió a su equipo. Dos de ellos se fueron definitivamente a casa. Y es que la pintada no fue plato de gusto para muchos de ellos que confesaban no haberla preparado nunca. Este fue el caso de Erika, que se marchó llorando del programa, y también de Enrique, a quien Chicote no perdonó su forma de actuar al cortarse en un dedo. Erika tiene 28 años, es natural de A Coruña y reside en Cantabria y es la segunda de cocina de La Solana, con una estrella Michelín. Su sueño es montar su propio restaurante y creía que Top Chef era la manera de conseguirlo. Por su parte, Enrique, de 63 años y, con un vagaje de 40 trabajando en las cocinas más prestigiosas de Sevilla vio desvanecerse el sueño de que Top Chef fuera el broche de oro a su carrera.
Eduardo, jefe de cocina del Ministerio de Defensa y docente en la escuela de Moratalaz, fue el último eliminado del día. Él llegó junto a Hung Fai, Elisabeth, Iván, Bárbara y Begoña, a la prueba final, donde hubo un invitado de excepción, David de Jorge (Robin Food), que no pudo probar nada pero sí les llevó un marmitako para abrir boca. Él estuvo con los concursantes durante el tiempo que emplearon en cocinar «el plato que nunca os falla», según Chicote. Sin embargo parace que algo sí falló y finalmente Eduardo, que quiso repetir el plato propuesto por Robin Food, se quedó sin los cuchillos.
REDACCION gastronomia.com
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