Algunas veces en el mundo del vino, y en la vida cotidiana, nos quedamos con las imágenes finales que han acompañado a la historia, como si estas tuvieran que ser el único resultado posible.

Mientras que hay bodegueros comprometidos y visionarios, o caminantes decididos, que conocen el valor de los diferentes pasos, o variedades que componen una de las partes de los resultamos más reconocidos.

En la gran trilogía del Cava en la que suele sustentarse generalmente su composición, con las variedades Macabeo, Perellada y Xarel-lo, cada una de las partes es por sí solo un mundo.

En la bodega Mas Candí, ubicada en la zona de Les Gunyoles d’Avinyonet, a las puertas del parque Natural del Garraf, de la D.O Penedés, cuatro jóvenes emprendedores, Ramón Galimany, agricultor, Tini Carbó y Ramón Jané como vitivultores, y Mercé Cuscó, como financiera, tratan de ser cómplices con el paisaje a la vez que genuinos al cultivar variedades autóctonas de manera respetuosos en los procesos de elaboración. Y sabedores de que cada parte de la tierra es diferente, se aplican a la hora de elaborar ésta joya que encierra una calidad técnica asombrosa, una perdurabilidad en boca larga y larga, que hace sentirse feliz mientras degustamos las notas que nos va ofreciendo conforme el tiempo se sucede, y mantenemos el vino dispuesto a asumir los cambios que encierra en sus brillos pajizos.

QX es un vino osado, un personaje joven pero sobradamente preparado que nos puede ayudar a afianzar la creencia que estamos ante una portentosa generación de vinateros capaces de romper moldes con las viejas creencias de que éste país solo podía hacer determinados tipos de vinos, y desde luego nunca los blancos, si exceptuamos el inmenso tesoro de los Jereces, pues no estaba a nuestro alcance.

Aquí hay viñas viejas de una media de 50 años, procedente de cuatro parcelas distintas, criadas en cuatro tipos de madera diversa, que aportaran una complejidad casi detectivesca, nerviosa, que nos hacen seguir la vida de lo que hay en la copa con intensidad y gratitud. Intensidad, porque los efectos de QX se amplían conforme el vino va abriéndose, pero de una manera muy ordenada, como si su educación para el futuro tuviera como destino el asombro al constatar resultados modélicos. Y gratitud, porque quien tiene un empeño así de apegado a su suelo, empeñado en entregar las cualidades positivas del terruño, es un garante de la conservación de la naturaleza y por lo tanto un conservador del futuro.

Si las funciones de la Xarel-lo es dar estructura y cuerpo, aquí, en éste 2011 de bodegas Mas Candí, muestra una juventud pletórica, estilizada, con un rictus pensativo que va a agradar por su buena formación y su educación amable y moderna. Estamos ante un vino que no dejará a nadie indiferente. Desde su nariz a su paso por boca, QX se ofrece como un ejemplo de lo que deberían ser muchos vinos mono varietales. Responsables con su pasado. Prometedores con su futuro.

Bodega: Mas Candí. D.O Penedés.
Precio en Bodega 15€ Contacto:
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