El queso manchego es uno de esos 10 platos fundamentales de nuestra gastronomía, una joya comestible de procedencia natural de la leche de las ovejas de esta comarca Española que tantos y tantos avatares ha sufrido, y desde Don Quijote (Sancho Panza en un pasaje lo ofrece a tan valiente caballero con una cebolla y algunos pedazos de pan) hasta «El Practicón», tratado completo de cocina, publicado en el año 1898 por Angel Muro, sus maravillas han sido ensalzadas en multitud de ocasiones, y actualmente sigue conquistando paladares en el mundo entero mientras se afianza como uno de los quesos mas apreciados, pero sobre todo imitados, razón por la que actualmente se encuentra protegido. Es un queso de formato muy característico y definido, debido al antiguo empleo del cincho de esparto que graba en zig-zag su lateral cilíndrico y las tablillas de madera que se utilizan de base para su prensado y que marcan la típica espiga. La superficie amparada por la Denominación de Origen «Queso Manchego» es una serie de municipios que abarcan parte de las provincias de Albacete (21,66% de la comarca), Ciudad Real (33,16%), Cuenca (22,13%) y Toledo (23,05%), que constituyen La Mancha, la mayor Comarca natural de España. La leche para la elaboración de este queso debe proceder, exclusivamente, de oveja de raza manchega.