En plena Costera de bonito, era inevitable hablar de ella. Y es que la ventresca de Bonito del Norte es, probablemente, la conserva premium por excelencia. Vaya a donde vaya constituye un sello de calidad y el broche de oro a cualquier plato o receta. Su inconfundible textura y exquisito sabor hacen de ella un bocado tierno y jugoso que no deja indiferente a ningún paladar.
La ventresca, como su propio nombre indica, es la parte que corresponde al vientre del bonito y se caracteriza por tener una textura más suave y gelatinosa en comparación con otras partes de este pescado. Este producto se obtiene durante la famosa Costera del Cantábrico, que tiene lugar entre junio y septiembre, época en la que los ejemplares de bonito migran desde aguas lejanas del océano Atlántico donde habitan hasta el mar Cantábrico. En Frinsa, todos los ejemplares de bonito se capturan según el método de pesca tradicional, abalado por la organización MSC: a caña uno por uno. Esto permite la pesca selectiva de los mejores ejemplares y, al mismo tiempo, evita que otras especies del medio marino se vean afectadas.
La ventresca Frinsa
Es uno de los sellos de identidad de la compañía y se ha ganado toda una reputación gracias a su textura y sabor inigualables. La peculiaridad de la ventresca de bonito del norte Frinsa, es que se elabora en fresco, es decir, nada más llegar de la lonja se corta y se procesa sin ningún tipo de congelación previa. Además, la ventresca Frinsa se enlata en trozos enteros para evitar que la grasa entre sus láminas se oxide y pierda ese extraordinario sabor.
La guinda la pone el líquido de cobertura a base de aceite de oliva virgen extra, que envuelve el alimento y, al estar en contacto prolongadamente con la ventresca, ambos sabores se funden y mejoran con el tiempo, dando lugar a conservas de exquisita calidad y sabor.
Por si fuera poco, Frinsa ofrece una amplia variedad de ventresca entre la que podemos encontrar: ventresca de bonito del norte en aceite de oliva, en aceite de oliva virgen extra y, como novedad, ventresca de bonito del norte al natural.
Cuídate con lo major
Además de ser un bocado de lo más gourmet, la ventresca de bonito ofrece multitud de beneficios para la salud. El más destacable, con diferencia, es el aporte de ácidos grasos de Omega 3, los cuales tienen un efecto hipolipemiante que ayuda a reducir los niveles de grasa en sangre y evitar que se pueda acumular en las arterias, desembocando en problemas cardiovasculares.
Aparte de estos beneficios, la ventresca de bonito aporta proteínas de alto valor biológico, ya que contienen aminoácidos esenciales, que el cuerpo no produce por si solo, y minerales como el hierro, calcio, fósforo y potasio que favorecen la prevención de anemias, mantenimiento de huesos y dientes, promueve las funciones cognitivas y contribuyen al funcionamiento normal de todo el organismo.
De igual forma, en este pescado también podemos encontrar vitaminas del grupo B, que favorecen el correcto funcionamiento del sistema nervioso, del metabolismo, mantenimiento de la salud ocular y de los tejidos y la formación de glóbulos rojos, vitamina A, que estimula la visión normal y el sistema inmune, abundante vitamina D, esencial para la salud ósea y cardiovascular, y vitamina E que actúa como antioxidante.