Uno de los síntomas de que el otoño ya está aquí son las hojas de los árboles y las castañas caídas por el suelo de los parques.
El aroma de las castañas recién hechas y echarse una bufanda al cuello es uno de los recuerdos de infancia que muchos atesoramos de esta época del año en la que los dáis se vuelven cada vez más cortos y empezamos a sacar del armario los abrigos.
Vamos a aprovechar esta época del año para repasar algunas curiosidades de este fruto seco que se convierte en protagonista de muchos postres y dulces otoñales.
La castaña está compuesta en un 50% por agua; aún así hay que limitar su consumo ya que tiene alta cantidad de hidratos de carbono, por lo que nos es aconsejable para diabéticos. Además también contiene mucho potasio vitamina B y fibra, por lo que en general son muy beneficiosas.
Si lo que queremos es comprar castañas de una buena calidad, existen 2 denominaciones que aseguran su trazabilidad y especialidades, ambas en el norte de España, ya que se producen en lugares húmedos. Son la Indicación Geográfica Protegida de Castañas de Galicia; bajo esta indicación se suelen producir los preciados marrón glacé, una bomba dulce que hace las delicias de los más golosos. También tienen muy buena reputación las castañas bajo la marca Castañas del Bierzo.