El próximo 25 de abril entrará en vigor el Reglamento que reconoce a la Miel de Liébana como Denominación de Origen Protegida, un sello de calidad para uno de los productos estrella de la gastronomía cántabra que implica que tanto la producción como la transformación y la elaboración del producto han tenido lugar en la comarca de Liébana.
Las variedades reconocidas son la miel de mielada - procedente del mielato de roble y encina y del néctar de brezo y zarzamora- y la miel monofloral de brezo -con un porcentaje mínimo de polen de brezo del 45%-.
Precisamente en primavera, miles de abejas convierten los campos de la región en una inmensa fábrica de miel en la producirán decenas de toneladas de este alimento, bajo el cuidado de 28 apicultores que tiene sus colmenas distribuidas por el territorio lebaniego.
Está deliciosa en una rebanada de pan y queso -los Quesucos de Liébana, también con Denominación de Origen Protegida, son una buena opción-, en los frisuelos calientes para desayunar o con las cuajadas y yogures que se elaboran también en este paisaje privilegiado, en el corazón de Picos de Europa.
Un reconocimiento perseguido desde 2004
Se trata del final de un procedemiento que administrativamente se inició en 2004 por parte del gobierno cántabro, satisfecho al anunciar el reconocimiento al considerar "que va a repercutir enormemente en su difusión y promoción internacional", además de producirse en un momento en el que el sector agroalimentario está "en la cresta de la ola", en palabras del consejero de Medio Rural, Pesca y Alimentación del Gobierno de Cantabria, Jesús Oria.
El producto disponía desde 2013 de una Denominación de Origen con protección nacional transitoria a falta del reconocimiento de Bruselas