Coincidiendo con la temporada en la que los atunes rojos atraviesan el estrecho de Gibraltar hacia el Mediterráneo, se está celebrando en la localidad gaditana de Conil la Ruta del Atún de Almadraba.
Los japoneses, reyes del manejo entre fogones y en crudo del atún rojo, se instalaron ya desde hace décadas en los pueblos pesqueros de la zona, conocedores de que este momento del año es el óptimo a nivel gastronómico para la captura del atún.
El milenario arte de pesca de la almadraba hace que se mezclen en estos días la tradición pesquera de la zona con la innovación gastronómica que se produce en los bares y tabernas; donde se mezclan guisos y preparaciones de recetario de abuela con toques de cocina asiática y fusión.
Los 32 restaurantes y bares participantes se preparan a conciencia para participar en esta ruta del atún rojo que cada año recibe la visita de turistas y amantes de la gastronomía.
El día de la inauguración, el pasado 8 de mayo, se dieron cita en la céntrica Plaza de Santa Catalina todos los participantes; y ofrecieron degustaciones de sus tapas en una muestra gastronómica que dio el pistoletazo de salida a un mes en el que el atún es el protagonista gastronómico.
Se juntan tapas tradicionales, como el exquisito atún con tomate (Restaurante Blanco y Verde), y tapas con mezclas de sabores exóticos y utilizando una presentación impactante para atraer a los clientes como el “alarde de atún” del Bar Sopa. No faltan nunca el tartar de atún o un arroz almadrabero.
También se hacen hot dogs, fajitas o mini hamburguesas; en los que el atún rojo de almadraba convierte estos platos de fast-food en las delicias de los más gourmet.
Hasta el próximo 8 de junio se pueden degustar en los establecimientos de Conil las tapas de atún rojo de almadraba. Además completan el programa actividades como la presentación el libro “Conil y las Almadrabas en el Siglo XIX”, de la mano del historiador Antonio Santos García el día 28 de mayo; talleres de cocina de atún el día 23 y varias rutas turísticas por la ciudad en las que se mezclan cultura y gastronomía.
Por Paula Veloso