Dicen que la primera crisis de las mujeres llega cuando cumplen los treinta. Mónica Pérez es una actriz catalana que lleva toda su vida haciéndonos reír. Muchos la conocerán por programas como La que se avecina o por interpretar a Asunción Angulo en BuenaFuente. Ahora nos presenta Confesiones de mujeres de 30, una obra que interpreta junto a Yolanda Ramos y Meritxel Huertas en la Sala II de Madrid. Y aprovechamos la ocasión para someter a Mónica a nuestro barómetro foodie.
¿Se come diferente a partir de los 30?
Yo creo que sí. Al menos en mi caso. No sé si coincide que dejé de fumar y ahora me gustan más cosas, o que me hago mayor y sé que tengo que comer de todo. Nos volvemos menos caprichosas. En mí si ha cambiado la forma de comer.
¿Tú eres más de comer o de cocinar?
Yo soy más de cocinar, me encanta cocinar y me encanta hacerlo para todo el mundo. Aunque soy un poco menú infantil y me gustan muy poquitas cosas, en mi casa cocinaban mi abuela y mi madre y yo aprendí a cocinar de olor. Por el olor yo ya sé si algo está bueno.
¿Algún capricho culinario en el camerino?
En esta obra sí. Está basada en cosas que nos pasan o nos han pasado a nosotras. Y cuando empezamos a montarla, salió el tema de cuando las madres nos hacían los libritos -san jacobos- con lomo, queso y jamón. Era un recuerdo de la infancia. Se convirtió en tradición que durante los primeros días, una de nuestras madres tenía que traer un tupper de libritos. Y de hecho al principio los sacábamos en la función. Ahora ya no los sacamos, pero desde que estamos en Madrid, cada vez que viene alguna madre tiene que traer uno para las demás.
¿Y para conquistar Mónica Pérez hace reír o prepara una buena cena?
Yo soy más de hacer reír porque es mi carácter así, aunque no te creas que soy muy extrovertida. Yo tengo un punto tímido cuando no conozco a la otra persona, nos pasa mucho a las cómicas que somos muy tímidas de entrada. Aunque sí que es cierto que nuestro as en la manga es hacer reír, porque nos gusta el humor… nosotras siempre estamos buscando el detallito que te pueda hacer gracia. Tengo un punto como divertido o curioso, engancho por ahí y después sí que cocino, que la gente se cree que no sé cocinar, igual porque no me gusta mucho comer.
¿Cuál es tu mejor receta?
Cuando quiero hacer comidas así familiares o cuando estamos con toda la panda, preparo un fricandó, que es una receta catalana muy típica, con carne. Es un plato súper elaborado en el que te estás dos horas, pero luego también soy práctica. Te explico una de las cosas que hago muy ricas: coges unas patatitas, las haces puré, les pones un poquito de mantequilla, jamón ibérico bueno y un poco de queso fundido. Haces bolitas, lo rebozas y te sale una croqueta-patata súper buena y súper rápida.
¿Y el peor momento que has vivido en una mesa?
Uff, tengo muchos. Entre que no me gusta mucho comer y como tengo estrenos o actos benéficos a menudo y siempre es la cita en una comida… lo paso fatal. En uno de esos eventos lo pasé especialmente mal porque me pusieron una morcilla. No puedo con las morcillas, asco, seguro que son riquísimas para todo el mundo, ¿eh? Pero yo con el mundo morcilla, no puedo.
¿Qué ha sido lo más exótico que has probado nunca?
No pruebo casi nada exótico porque si el olor ya no me gusta… Cuando he ido a países con la comida más diferente a la nuestra voy con suero (ríe). Así ya sé que no me voy a morir. Sí que he probado cosas para probar sabores, pero como pique o sepa diferente a lo que estoy acostumbrada a comer, no puedo. ¡Coméroslo vosotros y a mí ponedme macarrones!
¿Qué opinas de la cocina como fenómeno mediático?
A mí me parece estupendo. Igual que hay programas de todo, me parece fantástico que los haya. Antes se enseñaba a cocinar de madre a hija y a comprar. Ahora todo eso se ha perdido. Cualquier programa que te enseñe truquitos de cocinar, nosotros que vivimos en un país mediterráneo, pues que siga ahí. Estamos en la era de las pantallas y parece que lo que no sale en la tele no existe. ¡La tele también está para eso!
¿Hay un antes y un después de los restaurantes que visitamos cuando cumplimos los 30?
Yo que soy de menú infantil no me importa seguir yendo a italianos a comer pasta o a comer pizza, pero sí que es verdad que cuando ya trabajas, económicamente puedes dar un paso más. Aunque escojas sitios donde puedas comer lo mismo, buscas algo que esté mejor. Llega una edad en la que empiezas a buscar más bio, más ecológico o que pongan menos grasa o un aceite mejor. ¡Cosas que hasta los 30 ni se te pasa por la cabeza!
¿A cuál invitarías a comer si quisieras sorprender a alguien?
A un sitio donde estés a gusto, que puedas pasar un buen rato con la persona con la que vas y que compagine el buen paladar con que tengas el culo cómodo.
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REDACCIÓN Marta de Dios