Josema Yuste lleva 40 años haciéndonos reír. Nació en el 54, es madrileño y a los 19 años se plantó encima de un escenario. Ahora lleva tres representando un clásico de la comedia francesa: La cena de los idiotas, una obra desquiciante en la que un grupo de amigos quedan todos los miércoles para cenar acompañados del más idiota que encuentra cada uno. ¿Pero cuanto tiene de foodie en realidad Josema Yuste? Aprovechamos que todo gira en torno a una cena para sacar su lado más gastronómico en el Barómetro Foodie.
¡Una comedia cinco tenedores!
Sí, este año la forma de enfocar la comedia publicitariamente es ésa; dado que el título invita a una cena, ¡qué mejor que exhibirla como una comedia cinco tenedores! Llevamos cuatro años y llegaremos a los cinco como mínimo, porque está siendo un gran éxito.
¿Os lo esperabais?
No. Yo nunca me espero un éxito de nada; sólo procuro hacer las cosas lo mejor que puedo y sé y estrenar. A partir de ahí, estoy en manos del público; eso sí, trato… no de ser perfeccionista porque creo que la perfección no existe,pero sí de que a la gente le guste cada día más,observando mis defectos, preguntándome al día siguiente de un estreno dónde he podido fallar y buscando lo mejor.
¿Qué menú se digiere mejor si hay que cenar rodeado de idiotas?
Los líquidos. El sólido pesa mucho y aguantar a un idiota ya de por sí es muy pesado. Si encima estás en plena digestión… ¡no te quiero ni contar! Así que los líquidos: un gazpachito, o un zumito de frutas.
Porque a una cena… ¿vamos para alimentarnos o para socializar?
Hay dos formas de comer: la de tu casa y la externa. La de tu casa es para alimentarte, aunque si coincides con un hijo, por ejemplo, comentas cualquier cosa; pero cuando sales a cenar o a comer fuera, vas a socializarte sin duda. Para mí, en este caso, la comida queda en un segundo plano porque lo importante es la charla, sea el caso que sea: temas de trabajo, reencuentros con viejos amigos, etc.
¿Cuál es el peor momento que Josema Yuste ha experimentado en torno a una mesa?
Fue en un restaurante, en el barrio de Chamberí, casualmente donde yo nací. Hace quince años por lo menos. Ocurrió en una cena, con ocho amigos; yo estaba en una de las esquinas de una mesa rectangular, tomando un solomillo… creo que a la plancha. Un trocito del mismo se me fue por un mal sitio y creí que me moría. Me puse morado, verde…. Además es curioso: cuando una persona se está ahogando, le da vergüenza decir «¡que me ahogo!». Pasé un rato tan espantoso que creí que me iba a ahogar y a morir.
¿Comer o cocinar?
¡Buena pregunta! Yo que he cocinado (aunque actualmente no lo hago) prefiero… comer.
¿Qué opinas de la cocina como fenómeno mediático?
Pues que está muy bien, sensacional, fantástico…. Me parece un hallazgo que ya hace mucho tiempo que comenzó en televisión, y que llevamos unos años que desborda cualquier previsión: no hay canal que no tenga como mínimo un programa de cocina. Esto sucede porque la comida es tan atractiva, tan televisiva, tan fotogénica…. Eres todo un experto en entretenimiento televisivo.
¿Qué te parece MasterChef?
Me encanta. Yo me compré una enciclopedia hace años, creo que de Salvat, de alta cocina, con ocho tomos que contenían unas fotos impresionantes y millones de recetas de la cocina internacional. Me ha gustado mucho siempre la cocina… ¡y comer también! Y reconozco que MasterChef me ha parecido un programa fantástico.
Lleváis ya cuatro temporadas con esta obra, ¿algún capricho culinario en el camerino?
Pues sí. Normalmente hay tres cosas que no suelen faltar: chocolate negro, plátano y agua. Soy un bebedor nato, me encanta el agua, incluso durante la función tengo al regidor dándomela constantemente. El chocolate negro es una de mis grandes pasiones. Soy consumidor de chocolate, aunque no en grandes cantidades; cada día un poquito. Y el plátano porque aun no siendo de las frutas que más me gustan, tiene un aporte de potasio inmediato y eso es muy importante, especialmente los días que hago dos funciones.
Si Josema Yuste quiere conquistar… ¿regala unas entradas para el teatro o prepara una buena cena?
Yo preparo una buena cena. Lo de las entradas es muy socorrido, pero una vez que las regalas, la persona a la que quieres conquistar está a 40 metros de ti y en una cena, la tienes al lado.
Danos tu mejor receta
Una de lo más sencillo que te puedas imaginar: arroz blanco con jamón. No necesitamos un jamón ibérico espectacular, vale uno que esté curado. Se parte en lonchitas, se le pone el arroz en seco y se rehoga con un poquito de aceite y unos ajos. Se tapa y ponemos todo a fuego fuerte durante cinco minutos, se destapa y se deja a fuego mínimo durante 10. Esto, como primer plato es delicioso y acompaña también como guarnición.
¿Qué ha sido lo más exótico que has probado nunca?
La carne de avestruz y los saltamontes fritos. Y me han gustado estas dos cosas.
¿A qué restaurante irías a cenar con un idiota?
La verdad es que… no iría. Comer es algo que hay que hacer con una cierta tranquilidad y disfrutando. Yo creo que un idiota estropearía una cena. En todo caso, yo lo llevaría sólo a tomar un café para quitármelo de en medio enseguida. Es que a veces he tenido que aguantar a más de un idiota y es muy pesado. Un café da para estar cinco minutos y listo, pero una comida… mínimo es una hora y vamos, en ese tiempo ¡yo me tiro por una ventana!
¿Y con alguien que te cayese bien?
Al Asia Gallery, un restaurante de cocina asiática dentro del hotel Palace. A mí la cocina oriental me gusta mucho, tiene unas mesas estupendas y un entorno muy agradable para la conversación, la verdad.
REDACCIÓN Gastronomia.com