Hace más de 500 años, para producir cerveza se utilizaba un preparado de milenrama, myrica y artemisa, que daba a la bebida más graduación alcohólica y menos amargura. Esta mezcla de hierbas se llamaba gruit, y a raíz de la introducción del decreto del lúpulo como base de la elaboración (después de una larga batalla comercial), la cerveza de gruit se fue dejando de fabricar de forma paulatina. En los últimos años, algunas empresas familiares de la pequeña industria belga comenzaron a rescatar esta receta de nuevo para su comercialización.
En España, GruitProjects SL., un pequeño distribuidor de Castellbell i el Vilar (Barcelona) también se ha propuesto dar a conocer una versión de esta antigua receta y, poco a poco, quiere introducir su cerveza de gruit de la maestra Annick de Splenter, la última de una larga estirpe de maestros cerveceros flamencos, en el mercado catalán y español.
Estas cervezas gozan de gran éxito en Escocia y Estados Unidos, donde incluso se celebra cada año el Gruit Day. Precisamente, éste es el nombre comercial de la cerveza fabricada por GruitProjects en nuestro país, y que tiene hasta cinco estilos diferentes: Wit, Blond, Amber, Inferno y Bruin, cinco variedades para los paladares que buscan toques de caramelo o castaña, o una bebida más carbonatada.
REDACCIÓN Gastronomía.com