Las algas marinas se han convertido en los últimos años en un complemento gastronómico ideal para muchos platos; pero su utilización en la cocina viene desde hace décadas, concretamente en la elaboración de helados, lácteos y zumos.
Entre las cocinas que sacan más partido a estos vegetales marinos destaca la japonesa; donde tanto en ensaladas, como en platos cocinados incorpora diferentes variedades de algas como el wakame, el kombu, el arame, o la famosa alga nori con la que se envuelven los rollitos makis de sushi.
Las algas aportan una gran cantidad de nutrientes y un contenido muy escaso en grasas y calorías. Están recomendadas para las personas que precisan un aporte de fibra a su dieta; además dependiendo del tipo de alga aportan gran cantidad de proteínas y de hierro.
Lo más habitual es encontrarlas en las tiendas en formatos deshidratadas, por lo que antes de utilizarlas hay que seguir las instrucciones del envase para que estén rehidratadas. Lo más habitual es cocerlas, y dependiendo de la variedad de alga precisarán un tiempo u otro.
Existen algas con curiosas utilizaciones en la gastronomía, como por ejemplo el agar-agar o kantes. Se trata de un alga que se vende en un formato trasparente, y es incolora e insípida. Se utiliza desde hace tiempo como gelatina vegetal en infinidad de postres y preparaciones como espesante y estabilizador. De esta manera se puede sustituir la gelatina de origen animal, y añadir propiedades más interesantes a las recetas.
Algunos consejos para ir introduciendo las algas poco a poco en nuestros hábitos alimentarios, es ir probando los diferentes tipos en nuestras recetas cotidianas. Por ejemplo, se puede añadir un salteado de varias algas a un sándwich o a una ensalada. También se pueden incorporar a caldos o sopas. ¿Porqué no sustituir algunas berzas o repollos por algas kombu o wakame? El toque salino de las algas dará una perspectiva diferente a muchas recetas.
Si te animas a probar algunas recetas tradicionales japonesas u orientales con algas, prueba a combinarlo con ingredientes típicos como sésamo, vinagre de sésamo o soja.
Redacción: Gastronomía.com
